5 de abril de 2012

Quiet nights of quiet stars

Preguntaron en general si alguno se consideraba escritor o escribía. La primera, seguro que no. No produzco nada que le sirva a nadie salvo a mí. No tengo intenciones de que se fanaticen mis textos, me da pudor saber que alguien me lee, y inexorablemente, me juzgue. La idea de que alguien me juzgue siempre me importo muy poco, pero cuando se trata de algo que a una le interesa, y le duele o le agrada, es diferente, cuando algo es tan tuyo, como esas palabras que sólo quedan acá, pero en algún momento fueron ese momento, efímero.
La segunda seguro que sí. Probablemente necesito de esto como una katharsis, levedad de palabras. O purificación de las mismas, entiéndase purificación en este caso como llevarse a un hecho, a un escrito- La salida de las ideas de mi cabeza me dejan en un estado de jazz. Así, tirada en mi cama, escuchando algún saxo, alguna voz, pensando en nada, solo mirando, ni siquiera, como si estuviera dormida pero viendo luz.

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