rima después

 ahora baila 

y dame calor (color)

En los ojos incoloros yo te miro sin que sepas

que me purgo con tu voz

de vez en cuando necesito sol en el rostro para saborearme la tristeza y

entender que también puedo estar 

triste

Yo que ruego finalmente por el silencio, lo único que hago es taparme la boca a la hora de soñar, hablando miedos de certezas concebidas en el brujo sueño, que me dejo sin saliva toda la noche hasta que di un manotazo en la pared y me partí los nudillos y lloré por algo que no recuerdo.

El contorno se rompe y se hincha. Si tuviera que marcar tu labio en un espejo, sería esa forma de hermosa manzana. ¡pura mierda, sos! Hay grietas que no siguen una línea, Eso me gustaba de vos, la rareza cubista de tu rostro las líneas siguen las grietas, deformidad, inconformidad. No entra tanto amor odio en un rostro, es necesario deformar ese rostro, que no se reconozca a sí mismo.  De púrpura, violáceo, morado, te inundas. 

Desgarrada, desconforme, descarnada, esa manzana.

violento violeta intenta salir, hinchada está y vos dónde estás, manzanita. 

Te odias deforme manzana, pero yo no te agarre tan fuerte esta vez, fue tu culpa. Yo ame ese rostro alguna vez. Yo. Yo. Yo.

No rompí las líneas de tu labio, yo no pegué esa figurita moradita en tu cara, vos me entendes, así no soy., Yo. Yo. Yo.

Manzanita, ¿te duele la cara? pero esa no es tu cara, no es tu boca, es su boca, y dice que queres, sobretodo, más verde que rojo, más rojo que rosa, más morado que vivo, más negro que negro. 

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En el fondo de su realidad cósmica de monstruos sexuales, creo que Val, deseaba que Facundo muriera, hacer eterno al Adonis de pelo negro y largo, con labios prendidos por la flama del Demonio que los dominaba a los dos. La aguja y Ella, lo nauseabundo, lo podrido, lo perturbante, logró que se encontraran allí en el camino al mundo irreal de la mente perturbada por el pico, el vicio del olor de la piel de Facundo, el cuerpo viciado de Facundo, los ojos grises extasiados y, a la vez, solitarios. El miedo a la oscuridad y la soledad del juego de los cuerpos vacíos y aún así sedientos de sangre, o Facundo sediento de sangre, temeroso a la luz, al olvido. Val frenético, sucio, poco realista, pues su mente se volvió poco realista, el deseo de los cuerpos, el deseo de la eternidad, un último tiro de suerte al azar, el encuentro en los subsuelos de su mente, el pelo negro, los barcos grasientos, el agua estancada, la vena, la sangre, supurada. 

vieja y vacilante amargura destapa la tarde de otoño, el rostro helado, mueca de pensar más allá, nada en realidad que cambie, que de calor a este cuerpo abandonado, será que siesta y más siesta dejaron de lado el amor fatuo, el amor de las tres de la tarde, donde mi muslo apretaba tu todo, donde nos llenabamos de caricias de amor. Inexplicable tu tacto hacia mi, susurros de dame más, quiero más, y soy todo, trato de ser lo más yo posible, pero en la cama me dejas desatada de ideas, razonamientos y certezas, soy un campo todo de amor, miro en tus ojos pasar las horas, me veo siendo más que yo, y vos, juntos, uno, tres, dos. y si me llena, y si me nubla, y si deseo, ser tiempo y amor, caos, fulgor.

¿Sabes? Todo lo mío hacia ti, es nuevo.

Todo es confesión, será porque quiero todo lo tuyo y que tengas todo lo mío

Y no sé si es malo pensar de esta manera

Y no sé si alguna vez me dirás toda tu verdad

Pero ya no importa, se supone que ya no importa.