11 de abril de 2016

la tentación de dejarse ver como una es y como una quiere ser y como una quiere que la vean es tan demoníaca porque aunque yo no crea en mis demonios sé que existen por el simple hecho de que se dejan ver cada vez que escribo entre tanto la tentación es fuerte, pesa, una quiere bajar las barreras y volverse visible de verdad y ser transparente, pero sabe que la ficción que creó es más que todo eso y necesita practicar pero ni eso se cree ella misma que se ha mentido tanto tiempo pues todo lo que ha hecho ha sido leer, leer, leer y escribir tantas mentiras que ya no sabe discernir trastornó su sentido más autentico y es saber diferenciar pero no, no, no, no hay caso hará lo que ella quiera, se mostrará, como el vampiro a la luz del día, sufrirá, se quedará ciega en un sentido ultra-metafórico, pero se vendará los ojos para dejarse llevar por sus otros sentidos y reconocer en el otro aquello que no puede cantar, ni escribir, ni sobre todo leer. sufrirá porque no confía en sus otros sentidos solo porque ha decidido dejar de creer entonces escuchará, escuchará, escuchará las palabras con paciencia. tres veces hasta que se haga realidad
tu tacto distante 
inaugura la vertiente 
ensoñación
de tus ojos
y los otros-
míos,
son solo
un par
para dos. 

no hay tal congruencia
en esta distancia
pero el deseo fragua
el camino de ambos.


siento venir tu tiempo
en mí,
 lejano persiste
y es uno
y es única esta sensación.