9 de noviembre de 2012

Lo que pasa con la escritura es que perdura, hace visible algo que está en nuestra mente, por más que sean simple palabras. Pueden ser leídas por otras personas, se hacen verdad y pesan, o son livianas. Nos recuerdan cada día que están allí, y que vos decidiste dejarlas allí. Pero no queres reconocer tu verdad, entonces la dejas, dejas la escritura de lado para decir (sólo en tu cabeza) "que ya está, nada más acecha". Pero tus pensamientos siguen allí, y no podes hacer nada, más que sólo no escribirlos. Y de alguna manera pesan más que las palabras escritas, es decir, hasta creo que atormentan, porque son negadas-cambiadas-ignoradas. Pero acechan, están ahí, no podes hacer nada...

I'll need a little room to sway.

Necesito del mar que se lleva y trae mis ideas. Necesito ir y venir como quien no va, ni viene. Sólo se está allí, en el mismo lugar, pero algo cambia. Y ese algo, no es un hecho visible ¿si?. Es algo que se lleva y trae el mar. Quiero, como por arte de suerte, que algo cambie sin yo tener que hacer nada. (pero eso es algo bastante imposible). Siempre me siento el mismo lugar, por más que este yendo y viniendo. Siempre me paro en el mismo lugar, es como si reconociera mi lugar, que no es mi lugar, porque no lo deseo. Pero algo me lleva allí, y me quedo, y pienso que tal vez hay algo que no estoy viendo. ¿Qué no veo? He estado en ese lugar por mucho tiempo, ¿acaso soy tan despistada como para perder algo de vista? (además, que por sobre todo, siempre fui una buena observadora) No sé que no veo, qué me pierdo. Tal vez necesite un par de lentes, pienso, o cambiarme los ojos y la mente un poquito para poder ver eso que-no-está, que-posiblemente-no-es. ¿Acaso me estaré quedando ciega? No en el sentido literal, sino metafóricamente. ¿Qué tanto me puede nublar un mismo lugar? Estoy un poco decepcionada, esa posibilidad, hiere un poco mi ego de la supuesta-Casandra que obviamente no soy.  A veces tampoco me gusta serlo, más cuando se trata de mí, más cuando adelantándome a los hechos "ca-tas-tró-fi-cos" en alguna medida, no hago nada para cambiarlo. O cuando sin embargo, me regocijo en el placer de la razón, que no es, porque sólo sé por el arte de mi visión-que-no-es.