1 de julio de 2012

Sin lágrimas

Hoy me levante pesada, pesada. Pensaba que el dormir me aliviaría los pesares, pero estos pesares se manifiestan en las pesadillas que compagina mi memoria, de tal modo que no hay modo de salir de allí. Sentí que soñé un sueño toda la noche, el mismo sueño-pesadilla. Por momentos lo recordaba y me refugiaba en sus brazos, pero en otro momentos se me escapaba de los ojos que creía tener. Le pedía explicaciones pero no hablaba, no había una conexión salvo la de nuestros cuerpos, refugiados en el del otro. Gritaba y lloraba a mares, que lo extrañaba, que porqué hacía esto, que si en algún momento nos íbamos a sentir más livianos. Besos interminables, ¡no te vayas! - ¡No seas así, basura! - no me dejes así, yo no te deje así, cargue la culpa que me cargaste, rece tus deseos, la indiferencia vuelve a nacer, y el sueño me atormenta con el pasado. Lo odio por momentos, pero sé de mi incapacidad para odiarlo.- Necesito hablar con vos, y seguíamos allí acurrucados en el sillón. Basta, no te quiero escuchar ni siquiera aunque no hables, no quiero mirar más tus ojos negros empapados de sonrisas.¿ Por qué siento que es tan insignificante lo que piensa y recuerda él? Presiento bien, estoy segura. Se mete en mis sueños, mi único espacio de soledad personal...No- por favor- déjame dormir.