30 de agosto de 2011

De la vena olvidada.

La tomo de la mano y se lanzo con ella.
En la profundidad del mar noto a plena consciencia que estaban muertos...y le molestaba además esa inquietud de la gente que caminaba al rededor de ella sin encontrar su camino.
Se encontró una vez más entre la decisión de salvarse e irse sin su compañero, el que había ido hasta el final de todo, con ella.
Tenía que elegir.
Dejarlo ir...esa era la única esperanza de que alguno de los dos siempre estuviera vivo, bien.
Tenía que dejar de ser egoísta.

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