3 de enero de 2012

Yo me pude despedir en septiembre

Había dejado la rebeldía...ya no me gustaba teñirme el cabello de todo tipo de colores, y decorar mis muñecas con multiples pulseras. El color rojo había dejado de ser mi favorito, yéndose con el, SNM de mis adoraciones personales. La autodestrucción ya parecía una palabra bastante lejana hasta que miraba mis cicatrices.
La insuficiencia y el querer tenerlo todo, o a él me habían llevado a destruirme toda o casi toda. Me acuerdo todavía cuando importaba lo que pensaban los demás, y cuando dejo de hacerlo, como se empezó a irse todo de mis manos (por no decir en criollo, a la mierda). Tal vez me gustaba ser así, tal vez disfrutaba el placentero amor pasajero que solía tener con él, tal vez las esperanzas en la puerta era lo único que significaba, hasta que llego ese día, donde uno hace click y no puede volver atrás, no puede borrar de su memoria lo fuerte que fue ese pensamiento, que sobre todo sincero, era la cruda verdad.
Y ver pasar el tiempo y que varias personas 'importantes' se vayan de tu vida, así como así, sin sentir siquiera extrañeza, nada.
Y darse cuenta de que la nada acecha, y valga la redundancia 'nada podes hacer'.
Quedarse y arrepentirse. Amar y huir

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