19 de septiembre de 2011

A pesar de que la voz se me va al hablarte, la garganta se cierra de a poco y las piernas me tiemblan, siento una gran fuerza que me supera y puedo...aunque sea mirarte a los ojos. Esos ojos negros tan profundos que miran como si nadie pudiera mirar mejor, como si ese mismo color me encantará me elevara y me enterrara en la tierra de tu ser, en la tierra que te dio vida. Acá estoy con vos, en el fondo de esto. Pero ninguno sabe que hacer y estamos sentados esperando que pase la vida...que pase el momento que nos unió.

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