El sonido del piano más desolador que esta tarde de otoño propone olvidar y dejar atrás todo. Otoño que no es otoño, es transición de la época extrema a la insignificante.
Transición que no llena expectativas, incomprendida transición que nos deja vacíos en el camino de comprender.
Diecisiete horas dormidas, sol de media tarde y la migraña más fuerte del mundo. Y solo saber que lo que queda es la música...
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